domingo, 29 de enero de 2012

Ejercicio 7, Tema 3.

Las enfermedades mentales son síndromes psíquicos y comportamentales, completa y obviamente opuestos a los propios de los individuos que gozan de buena salud mental. En general son causa del deterioro en importantes áreas del funcionamiento psíquico, afectando al equilibrio emocional, a la capacidad intelectual, y al comportamiento social.

Todos locos. La locura, una de las enfermedades mentales más antiguas, se consideró durante siglos un problema moral (la extrema crueldad, la extrema corrupción y perversión del Ser Humano); o bien algo religioso y casi místico: maldiciones, pecados castigados por Dios, o posesión diabólica. No fue hasta el s. XVI cuando comenzó tímidamente algo que más tarde ganaría prestigio y el nombre de ciencia: la psiquiatría ("curación del alma", según sus raíces griegas), que es la parte de la medicina que trata las enfermedades mentales. Su relación con la locura es que fue el médico  francés Pinel, en 1790, decidió estudiar a los locos en vez de tratarlos como les correspondía en la época: golpes y maltratos para hacerlos volver a la razón.

"Un hombre con una idea es un loco hasta que triunfa."-Mark Twain




Sí, todos locos. Pero hay locos, y locos. Las enfermedades mentales son variadas, como las flores: cada una es diferente de la otra, huelen distinto, y tienen espinas. Las "flores" requeridas en el ejercicio son:

-Esquizofrenia:  la "reina" de las enfermedades mentales, considerada como una enfermedad mental severa. Aproximadamente, el 1% de la población sufre esta enfermedad. Este trastorno mental provoca una pérdida de la realidad: los enfermos sufren alucinaciones auditivas y visuales, escuchan voces extrañas, creen que otra gente lee sus mentes... Esto es muy perjudicial para su conducta, siendo muy difícil para los enfermos mantener cualquier tipo de relación social (se aíslan), encontrar trabajo, etc.

Sus causas son aún desconocidas, pero se cree que está relacionada con los ataques a un cerebro en formación, esto es, alguna enfermedad de la madre que afecte al feto. Existen varios tipos de esquizofrenia, y no hay una característica común para ellos, pero sí hay síntomas psicóticos:

*Delirios
*Alucinaciones.
*Incoherencias.
*Comportamiento hiperactivo.
*Afecto plano.










-Paranoia: trastorno psicótico, parecido a la esquizofrenia pero diferente a ella, caracterizado por la presencia de delirios autorreferentes. De manera más específica, puede referirse a sensaciones angustiosas sobre uno mismo, como la de estar siendo perseguido, u observado, o controlado por fuerzas incontrolables (manía persecutoria), o el ser el elegido para una alta misión, como salvar a la humanidad (delirio de grandeza o grandiosidad).

Según el psiquiatra español Enrique González Duro, los factores desencadenantes de esta enfermedad se encuentran en individuos con un alto narcisismo, individuos que han sido expuestos a serias frustraciones, y que sufren una baja autoestima.






-Depresión: es un trastorno del estado de ánimo, visto desde el ámbito de la psicopatía, caracterizado por un estado de abatimiento e infelicidad, que puede ser transitorio o duradero. Sus síntomas son variados: la tristeza, el decaimiento, la irritabilidad... esto afecta directamente a las relaciones sociales del individuo. Es casi la falta de ganas por vivir.



Sus causas son también diversas, aunque se destacan diversos factores: el estrés, la tragedia, la pena, sentimientos derivados de una decepción sentimental...

-Ansiedad (!): es un sentimiento de miedo, preocupación, desasosiego. Es una respuesta que se produce en nuestro cerebro ante un peligro inminente. Tiene  una gran importancia en lo referido a la supervivencia; como cualquier otro animal, el Ser Humano, al sentir algún peligro, intenta ponerse a salvo. Sin embargo, la ansiedad también puede referirse al estado estresado de alguien: mucho trabajo, poco tiempo, una mala combinación. La ansiedad, de hecho, la experimentamos en ése sentido todos los adolescentes el fin de semana en vísperas de un examen (me incluyo). E incluso, en las vísperas de después, las más temidas, las de las notas.



Neurosis: este término hace referencia a los trastornos sensoriales y motores causados por enfermedades del sistema nervioso, que distorsionan el pensamiento racional y el funcionamiento a nivel social de las personas, que se caracteriza por un elevado nivel de angustia. Sus síntomas: el enfermo mantiene una buena introspección  una correcta conexión con la realidad, pero tiene la necesidad de mantener conductas repetitivas e inadaptativas para conseguir disminuir el nivel de estrés. Actualmente, éste término no se utiliza, sino que se denominan trastornos a los diferentes tipos de neurosis, como, por ejemplo, los trastornos depresivos, los trastornos de ansiedad...


Psicopatía: o personalidad psicótica, es un trastorno de personalidad antisocial. Estas personas no empatizan con las demás, ni sienten remordimientos ni pena; para ellos, las personas son medios cualquiera para lograr sus objetivos. La falta de remordimientos es debida a que el psicópata le quita a su víctima sus atributos de persona, convirtiéndolo en una suerte de objeto. Los psicópatas tan sólo sienten remordimientos cuando rompen su reglamento interno y propio; sin embargo, conocen y saben los reglamentos sociales "externos", por lo que pasan inadvertidos.



La megalomanía, la sobrevaloración personal y el egocentrismo son importantes en este aspecto para el psicópata, ya que éste trabaja sólo para sí mismo, por sí mismo, espernado auto-recompensarse. El psicópata no es siempre un asesino en serie, desalmado y malvado, sino que puede ser cualquier persona amable y sonriente que no dude en mentir, hacer daño y manipular para conseguir sus objetivos, sin sentir ningún tipo de remordimiento. Los psicópatas no comparten más moralidad y conciencia que la suya propia.






Pues eso, todos locos.


miércoles, 4 de enero de 2012

Ejercicio 3, tema 3.



Los antibióticos son medicinas que curan o tratan las enfermedades infecciosas, mediante la eliminación de las bacterias o microorganismos que las provocan. En nuestro siglo XXI, desde nuestra comodidad científica y tecnológica, son aparentemente algo natural, casi cotidiano. Tienes fiebre, te tomas tal cosa. Te resfrías, te tomas tal cosa después de cenar y esto antes de acostarte, y listo. Pero, sin embargo, su descubrimiento fue uno de los grandes descubrimientos de la historia de la medicina.

Desde hace miles de años, las enfermedades infecciosas devoraban a la población, enfermedades como los catarros o los resfriados, o enfermedades venéreas, eran causa mortal. Desde los principios de la humanidad (como se dice en uno de los vídeos de enlace), se ha buscado algo que eliminara estas enfermedades, pero no fue hasta 1928, y por casualidad, que un científico escocés, un tal Fleming, descubrió que un hongo que se había formado en uno de sus caldos de cultivo, parecía acabar con los microorganismos de algunas enfermedades infecciosas. Tras investigar sobre sus efectos, descubrió que podía ser una cura, y lo bautizó tal y como se llamaba el hongo: Penicilina (Penicillium notatum).



El descubrimiento de Fleming fue un grandísimo avance (más tarde se le concedería el premio nobel)  en la lucha contra las enfermedades infecciosas, y sus efectos se comprobaron en la I Guerra Mundial: soldados que sufrían infecciones en sus heridas ya no morían en cantidades ingentes (las infecciones eran, generalmente,  la principal causa de muerte, más que las balas o los obuses), sino que sobrevivían, y sin necesidad de amputar los miembros  por el riesgo de sufrir gangrena. Así pues, la penicilina abrió la puerta para enfrentarse a las enfermedades infecciosas.

La penicilina, el milagro médico del s. XX


Sin embargo, no fue el único descubrimiento contra las enfermedades infecciosas, el otro gran descubrimiento fue la Estreptomicina, un antibiótico que terminó con la tuberculosis, entre otros. La tuberculosis era una enfermedad mortal, cuyos efectos podrían compararse con los del virus VHI en África, actualmente. Este gran descubrimiento, sin embargo, estuvo manchado desde el principio por una especie de carrera hacia la fama y el dinero por parte de sus descubridores: Selman Abraham Waksman y Albert Schatz, principalmente (su colaboradora, la científica Elizabeth Bugie, fue apartada de su descubrimiento por razones algo extravagantes sobre su sexo y su futuro como madre). El dinero lo consiguió, tras una ardua batalla judicial, Schatz, pero el premio nobel lo consiguió Waksman.

Waksman y Schatz trabajando juntos, antes de que la lucha por
el descubrimiento de la estreptomicina les separara definitivamente.


Waksman, ganador del premio nobel por el descubrimiento de la estreptomicina.






Bugie, la gran olvidada en el descubrimiento de la estreptomicina.