
miércoles, 7 de marzo de 2012
ejercicio 4, tema 4: La diabetes, los españoles y las ganas de comer.
Como insistí en el anterior ejercicio, a los españoles la comida, las ganas de comer, el hambre, la gula y la glotonería son palabras muy usadas y muy útiles en nuestro idioma. Disfrutamos desde hace siglos de la dieta de un país bendecido por el sol y el Mediterráneo, y el hambre es uno de nuestros peores enemigos a diario. Los nutrientes que necesitamos son muchos y diversos, para eso comemos. Sin embargo, hay quienes no pueden decidir cómo, cuando ni qué comer debido a una peculiar enfermedad: la diabetes. Esta enfermedad consiste en que la insulina no es secretada correctamente por la glándula de Langerhams, y por tanto, no se sintetizaran bien proteínas, grasas, ni glucosa, algo muy importante para nuestro cuerpo. De ahí los "bajones de azúcar" tan temidos para los diabéticos. La diabetes es una enfermedad que, pese a la "superciencia" de nuestros días, cambia la vida a los que la sufren. Los pinchazos y los análisis son constantes, y no siempre tienes la libertad de aquel que come lo que quiere cuando quiere (gran libertad). Lo pero de esta enfermedad es que se extiende perezosamente por nuestro país y, al parecer, por el mundo entero. Con un 5% más de diabéticos al año, en España se rozan los cuatro millones (casi como de parados) de diabéticos. Según el enlace en el Candidoblog, en Europa hay 33 millones de diabéticos, en América otros tantos, en Asia y Australasia, cerca de noventa millones... y los datos indican que estos números se acrecentarán con el paso del tiempo, siendo el caso más significativo el de Asia y Australasia, con un aumento de casi noventa millones de personas. Datos verdaderamente significativos.
Los diabéticos no sólo tienen problemas con el nivel de glucosa de su cuerpo, sino también quedan expuestos a infecciones, principalmente en sus pies, como úlceras de pie, algo doloroso y molesto.
El tratamiento de esta enfermedad viene bien representado en la siguiente foto:
1-Inyección de insulina para suplir la carencia de la insulina que no produce el organismo.
2-Una dieta sana y equilibrada, y siempre tener a mano algo con azúcar para evitar y tratar los bajones de glucosa.
3-Realizar ejercicio, llevar una vida activa.
Estos tres sencillos ámbitos se ven afectados por la enfermedad, aparte de hacerla rutinaria y odiosa (como cualquier otra), al fin y al cabo, la inyección de insulina y el control de la glucosa son molestos; la alimentación está directamente afectada por la enfermedad; y el ejercicio se ve también afectado, debido al descenso de glucosa que experimenta un diabético por el gasto físico.
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