¿La medicina tiene alternativas? ¿Cómo va a tener algo alternativo (y por tanto, o igual de bueno o mejor que la propia medicina) una cosa que funciona tan bien?. Pues, en efecto, hay una medicina alternativa, o pseudomedicina, que se diferencia de la medicina en sí al no demostrar científicamente su validez. Así, es medicina alternativa la homeopatía (muy de moda últimamente), los "remedios" de los "curanderos" (¡atención, nos remontamos al s. XVI!), etc. Analicemos la homeopatía:
Comencemos por donde se empieza, mire usted, por el principio. La homeopatía remonta el comienzo de su hilo de vida al s. XIX, donde Hahnemann, un médico alemán, decidió "crear" su propia medicina, ya que la medicina de aquel tiempo causaba más sufrimiento que la propia dolencia (el remedio peor que la enfermedad). Hahnemann creía que dosis pequeñas de sustancias que, en dosis grandes, producirían los síntomas de una enfermedad, eran curativos para dicha enfermedad. Echaba en agua y golpeaba esta dosis para diluirla, y la sustancia le transmitía al agua el "espíritu curativo". Esa era la medicina de Hahnemann. Actualmente, la homeopatía lucha por demostrar su eficacia como verdaderamente cura de una enfermedad, no sólo como efecto placebo.
¿Efecto placebo? Consiste en dar a un enfermo una sustancia inocua que mejora sus síntomas y puede llegara a curarle (por ejemplo, y tiro de memoria en clase de CMC, a alguien que le duele mucho la cabeza se le da un caramelo de menta diciéndole que es un paracetamol, y el dolor de cabeza tan intenso se le pasa). Del efecto placebo es de lo que quiere librarse la homeopatía como si un incómodo bulto fuera; resta credibilidad a esta pseudociencia con aspiraciones. Lo que si demuestra de alguna manera el efecto placebo es el asombroso poder de la mente y del subconsciente humanos.
Pero no sólo la homeopatía abarca todo el campo de las pseudomedicinas: la acupuntura y los remedios naturales también forma parte de ellos. La acupuntura es un método mediante el cual se pincha al paciente con agujas para curar su dolor, o sus síntomas (como las náuseas post-operatorias). Este método, de origen asiático, está muy extendido por todo el mundo, y, al parecer, tiene, si no una cierta evidencia científica, un notable efecto positivo. En los hospitales franceses, por ejemplo, se utiliza esta técnica. Los remedios naturales como medicamento también han demostrado cierta eficacia en el tratamiento de enfermedades, y en Alemania se les regula como medicamentos normales.
Sin embargo, no todas las rosas son rojas, ni les faltan espinas. Algunas técnicas de curación de dudosa fama y dudosos practicantes y doctores han llegado a ser denunciadas por Sanidad: "médicos" no titulados que practican técnicas tales como utilizar una bola de cristal que activa las ondas alfa del cerebro. El peligro de estas medicinas es a veces tan sólo la ignorancia de quienes la creen (dudo mucho que funcione un hombre con poderes psíquicos hablándole al aire mientras acaricia una rotura de un hueso; o al menos veo más práctico y mejor acercarse a urgencias); pero en otros casos, también, el remedio sí que puede ser pero que la enfermedad, llegando a agravar una lesión o enfermedad (por ejemplo, un curandero/chamán/brujo que coloque un hueso). Ahí, ese tipo de pseudociencia traspasa una línea frágil y pasa a ser un acto denunciable, como, de hecho, está siendo.
Medicinas hay, y pseudomedicinas eficaces también. Pero también hay ignorantes y personas que se aprovechan de ellos. Las pseudomedicinas o bien se ha demostrado científicamente que no funcionan; o se no se ha demostrado que funcionen.
Muy bien. Me ha gustado mucho el enfoque que le das a los artículos, originales y bien escritos.
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